Y por fin llegó marzo, dijo la nerd, y todo vuelve a la normalidad. Es de conocimiento común que todo el mundo odia marzo, pero sin menospreciar la opinión general, creo que este mes tiene unos puntitos a favor que no se tienden a considerar.
Centrandome en un caso más cercano, a todo estudiante universitario le llega el momento de "volver a clases". A esa frase se le suman una serie de estereotipos negativos que representan todo lo que NO es "verano despreocupado(8)-watita al sol", pero también lo es todo el resto del año con excepción de enero y febrero.
Marzo es simplemente un empezar de nuevo que no incluye la excesiva celebración de año nuevo, sino que viene con nuevas compras, llenar la agenda y organizarse para sobrevivir todo el resto del año con el proposito de poder llegar de nuevo a ese periodo ""verano despreocupado(8)-watita al sol".
Entonces, estamos de acuerdo en que marzo tuvo la mala suerte de ganarse un par de prejuicios, pero para que dejar de lado el hecho de que marzo significa otras cosas. Volver a clases implica reencontrarse con los amigos-para que vamos a andar con cosas, nadie ve a sus amigos de la U por todo el verano- ; conocer nuevos compañeros; las legendarias fiestas mechonas y todas sus celebraciones-las que son bastantes dado nuestro amor interuniversitario que nos hace ser partícipe de todas las fiestas que se hacen en la región-; y por último el hecho de que es probablemente el único mes en que no tenemos mayores obligaciones académicas-el que tenga una prueba en marzo que lance la primera piedra-.
Entonces, demosle un break a marzo y mejor busquemos otro mes para hacerle bullyng.
